jueves, 13 de noviembre de 2008

¿LA FELICIDAD: DERECHO O MERITO?

La felicidad: derecho o mérito?

La búsqueda de la felicidad se ha expresado a través de la historia de la humanidad. Decía Aristóteles en la ética nicomaquea, que el hombre todo lo que hace es en búsqueda de un fin final porque hay fines que no son finales, son mas bien medios para llegar a un fin, el fin final sería la eutainmonía, en una traducción cercana al español sería la felicidad o aunque mas que todo sería un bienestar, decía Aristóteles que la felicidad está en la actividad puramente humana que sería la práctica de las virtudes conforme a la razón y la virtud se relaciona con una mediedad, con un actuar deliberado, una elección que tiene que ser el justo medio entre el vicio y el defecto, entre lo mucho y lo poco, y Aristóteles determinada que habían dos tipos de virtudes, las virtudes éticas que se derivan de la costumbre por ejemplo: la temeridad y el temor serían los extremos y en el centro estaría la valentía y luego están las virtudes díanoéticas que es la virtud conforme a la parte puramente racional del alma, que sería la determinación de la regla verdadera de cómo debería actuar el ser humano. Se puede notar que ya desde la Grecia antigua se venía especulando acera de la felicidad. Buda hablaba que una de las nobles verdades es que la vida humana es sufrimiento. ¿ y de donde viene el sufrimiento? de los apegos, del miedo a perder lo que uno tiene, y precisamente eso es lo que está viviendo la humanidad actualmente; una histeria colectiva. ¿ Por qué?, porque el consumismo nos vende la idea de que uno solo teniendo cosas es feliz. Ahora bien, en le momento se tiene algo, ejemplo; cuando se tiene un carro último modelo, hay un apego a ese carro, entonces a partir de que lo tiene, surge el miedo de que se lo roben de que se le descomponga o que le pase algo, eso encadena a la persona a una serie de apegos neuróticos que lo que hacen es que la persona, como una reacción sicológica, aparentar que es feliz con aquello que tiene, porque después de todo ha gastado mucho dinero y eso es un símbolo de status, de triunfo en una sociedad de consuno, pero en realidad lo que está es demostrando un cierto contento, como decía Bernard Sock; "vivimos vidas de tranquila desesperación". La felicidad entonces está en el desapego, porque una vez que hay un desapego se trasciende y como decía Buda; "no te apegues ni siquiera a la felicidad". Decía un autor que así como el ojo no se puede ver a si mismo, la persona que se centra sobre su propia vida, lo que hace es apegarse y llenarse de cadenas. lo que hay que hacer, según este punto de vista, es simplemente, desbocarse a la actividad hacia a los otros, ayudar al otro y en la medida que usted procure la felicidad en la otra persona será inmensamente feliz.

Ricardo Rodríguez

Romper Paradigmas no es fácil

Romper paradigmas no es cosa fácil ya que muchos de ellos han estados enraizados en nuestra psique desde hace ciento y hasta miles de años aunque hayan demostrado ser perjudiciales para el bienestar tanto del hombre a nivel individual, como para la comunidad, para la nación y por ende para todo el planeta.

Desde siempre hemos tenido por lo menos dos alternativas fundamentales para bregar con esta situación, a saber: desenvolvernos dentro de los paradigmas (o límites) que la sociedad nos dicta desde siempre cómo por ejemplo “con competir tendremos éxito” “la felicidad y el placer de vivir es directamente proporcional al dinero que disponemos” “hay que consumir ya que el consumo fomenta el trabajo” “para defendernos debemos de disponer de tecnología y armas cada vez más sofisticadas” “en la dinámica social hay que luchar para defender nuestra postura y nuestros derechos” y la lista sigue y sigue. Es evidente que con adoptar esta posición seguiremos atados a un orden social establecido (status quo) y por más vehemente que sean todas nuestras quejas, seguiremos sumidos en los problemas que TODOS nosotros hemos engendrado conciente o inconscientemente.

La segunda alternativa que muchos sabios han sugerido también desde siempre y que, debido a la ignorancia imperante en la humanidad ha sido desatendida, es la de trascender (ir más allá) de los límites o paradigmas comúnmente aceptados como si fueran leyes naturales que no es posible quebrantar. Sin embargo, llegó la hora de percatamos que estos paradigmas son sola y exclusivamente posiciones culturales que hemos adoptado y que actuando con sabiduría, podemos cambiarlos.

¿Cómo romper los paradigmas imperantes en nuestra sociedad? La única manera de romper estos paradigmas que rigen el desenvolvimiento de una sociedad es la de poner a funcionar nuestra inteligencia creativa e introducir en nuestro sistema de pensamientos ideas radicalmente novedosas.

Esta necesidad de romper paradigmas se hace cada vez más apremiante, por ello actualmente toma un gran valor el desarrollo espiritual, algo que muchas veces es malentendido. Si el tema les interesa podremos hablar de ello en nuestro encuentro del próximo domingo.

Un afectuoso abrazo Bruno



BrunoCorneo